El Olimpo



El Olimpo, sede actual de la Escuela Leopoldo N. Chávez.

Dirección: calle Chile, entre José López y El Placer (El Tejar)
Sector: Centro Histórico
Año de construcción: 1919-1924
Arquitecto: Pedro Aulestia Saá
Estilo: historicista (neoclásico)
Premios: Patrimonio de la Ciudad
Uso actual: educativo

Historia

La ubicación privilegiada del sector de El Placer fue notada desde tiempos incásicos, ya que según el libro de Cabildos de 1537, los solares asignados a los mercedarios para su Recoleta del Tejar limitan con unos edificios antiguos, donde estaban unas casas del placer del señor natural de estas tierras. Se supone que los restos de estos baños se encuentran bajo los patios del edificio que tratamos en este artículo, y que podían ser vistos hasta mediados del siglo XX.

Pórtico de la Quinta El Placer original,
por Ernesto Laorden Miracle (1950).
Archivo de Santiago Duque Arias.
Posteriormente parte de los terrenos sobre El Tejar pasaron de alguna forma a manos del Conde Ruiz de Castilla, presidente de la Real Audiencia de Quito entre 1806 y 1810, que construyó en ellos una residencia de fin de semana a la que llamó Quinta El Placer, que también sería ocupada por sus sucesores al frente del Gobierno hispano en la provincia. Dentro de la distribución de la propiedad, la sección que nos concierne en este artículo estaba dedicada exclusivamente a la agricultura.

Tras los sucesos de la Revolución Quiteña, y el asesinato del Conde en manos del pueblo quiteño en junio de 1812, la Quinta pasó a manos de Felipe Carcelén y Sánchez de Orellana, marqués de Solanda y Villarocha, que la heredaría a su hija Mariana, esposa a su vez del héroe independentista sudamericano Antonio José de Sucre. Es probable que haya sido la Marquesa quien se la vendió en 1826 al general Juan José Flores, que en aquel entonces era Gobernador del Departamento del Sur de la Gran Colombia, es decir de los territorios que hoy conforman el Ecuador.

Después de la caída de Juan José Flores, la quinta pasó a manos de su antiguo colaborador convertido en enemigo político, el lojano José Félix Valdivieso y Valdivieso, que aparece como dueño en su testamentaría del año 1867, y casado con sus prima Catalina Valdivieso y Sánchez. El historiador Fernando Jurado Noboa anota que en 1865 se plantaron miles de eucaliptos por toda la quinta, que poseía abundante agua corriente con la que regaban los hermosos jardines y las cuadras de alfalfares, que poseía extensos tejares y muchos lujos similares.

En 1872, Isabel Salvador y Valdivieso de Dubecq, nieta de Valdivieso y heredera de la quinta por medio de su madre Josefa, vendió la propiedad a Vicente Álvarez Villacís por la importante suma de ocho mil pesos de la época. Según el documento de compra-venta, la quinta estaba limitada al norte por la calle Cebollar y la quebrada honda (es decir la calle Chile); por el oriente la calle que sube al Placer; por el occidente tierras pertenecientes a El Tejar de los mercedarios; y por el sur la casa de Trinidad González y el Cojo Argumasín.

A finales del siglo XIX la quinta había sido heredada por Carlos Álvarez Gangotena, y según Alejandro Andrade Coello en 1895 tenía un ancho de tres cuadras, entre las actuales calles Bolívar, Alianza y Mideros; su límite oriental comenzaba en el viejo sitio del Alto Cebollar, es decir la actual calle Quiroga. La misma fuente refiere que la casa principal tenía una hermosa azotea desde la que se contemplaba el fantástico panorama de jardines, plantaciones de pepino y otras frutas criollas.

El Olimpo a poco de su inauguración.
Imagen: archivo personal.
Los gastos de Álvarez Gangotena hicieron que hipotecara y después perdiera sus propiedades, que salieron a remate público el 29 de abril de 1912 en la escribanía de Luis Paredes Rubianes. El Gobierno interino de Francisco Andrade Marín adquirió varias de ellas, y cedió la Quinta El Placer para trasladar el Colegio Normal Juan Montalvo, que según una publicación del rector Leónidas Garcés en 1912, por aquel entonces funcionaba en una quinta de Santa Clara de San Millán perteneciente a la señora Victoria Monge.

En 1919 el presidente Alfredo Baquerizo Moreno ordenó la construcción del edificio actual, conocido como El Olimpo por su sobrio estilo neoclásico y la particular ubicación en lo más alto de la ciudad en aquel entonces. El arquitecto contratado para el proyecto fue el quiteño Pedro Aulestia Saá, especialista en construcciones de carácter educativo como el antiguo Colegio 24 de Mayo y el Colegio Nacional Mejía, que entregó el inmueble para iniciar el año lectivo 1924-1925.

Por su parte, la casa original de la Quinta El Placer se convirtió en el internado para los alumnos de provincia, y con el tiempo terminaría separándose en una propiedad independiente que pasó a manos privadas. Finalmente, en mayo de 1973 el Juan Montalvo se trasladó a una nueva ubicación en el sector de Miraflores, dejando el conjunto de El Olimpo para el uso de la que hasta ese momento había sido su escuela anexa, Leopoldo N. Chávez, que lo ocupa hasta la actualidad.

Arquitectura

Patio central de El Olimpo (circa 1970).
Imagen: ex alumnos del Colegio Juan Montalvo.
El Olimpo y su sobria simetría son visibles desde varios puntos del Centro Histórico, especialmente el eje de circulación vehicular de la avenida Mariscal Sucre (Occidental), lo que demuestra la monumentalidad del diseño neoclásico del arquitecto quiteño Pedro Aulestia Saá, destacando en el horizonte urbano aún después de un siglo .

Una gran escalinata que nace en el antiguo ingreso principal del predio por la calle Chile y salva varios desniveles de terreno, conduce hacia la plataforma en la que se desarrolla el inmueble de características monumentales. Conformado por tres volúmenes que forman una herradura en la que se encuentra un hermoso jardín geométrico, desde el que se puede acceder al interior del edificio mediante las dos escaleras que llevan hacia las alas laterales.

Repartido en tres niveles, El Olimpo presenta un lenguaje claramente neoclásico con un par de detalles art-nouveau, como las ventanas triforadas, y un esquema de distribución y circulación que se podría considerar racionalista debido a que las grandes galerías ubicadas hacia el jardín interior permiten un paso continuo y fluido hacia las aulas, que se desarrollan en los extremos exteriores.

La estructura es de paredes de ladrillo y adobe, entrepisos y escaleras de madera, cielorasos de carrizo enlucidos con barro o yeso, y techo de teja de barro cocido. El Salón de Actos, desde cuyo balcón ubicado en el volumen central se puede dar discursos en los actos cívicos, tiene la particularidad de ampliarse de acuerdo a las necesidades de aforo, pues posee paredes móviles que se apoyan en tabiques.

Galería

Panorámica de El Olimpo (circa 1940).
Imagen: archivo personal.

Estudiantes y profesorado del Normal Juan Montalvo.
Imagen: ex alumnos del Colegio Juan Montalvo.

Pabellón posterior del Normal Juan Montalvo.
Imagen: archivo personal.

Bibliografía

  • Jurado Noboa, Fernando (2004). "Casas, calles y gente del Centro Histórico de Quito". Quito: Fonsal.
  • Ortiz Crespo, Alfonso; Peralta, Evelia (2004), "Ciudad de Quito: guía de Arquitectura", tomo II Quito-Sevilla: Junta de Andalucía, Municipio del Distrito Metropolitano de Quito.
  • Peralta, Evelia; Moya Tasquer, Rolando (2007). "Quito: Patrimonio Cultural de la Humanidad", página 100. Quito: Trama Ediciones, Ministerio de Relaciones Exteriores del Ecuador.

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