Colegio Nacional Mejía
Panorámica del Colegio Nacional Mejía (2018). Imagen: Wilo Enríquez. |
Sector: La Alameda
Arquitectos: Whilen Spahr / Pedro Aulestia Saá
Año de construcción: 1922
Año de construcción: 1922
Estilo: historicista (neoclásico palladiano)
Uso actual: educativo
Historia
Panorámica del Colegio Nacional Mejía, circa 1940. |
Fundado en 1897 por el presidente Eloy Alfaro Delgado, el Colegio Nacional Mejía fue una de las primeras instituciones de enseñanza pública laica del país. Originalmente funcionó en el patio norte del actual Centro Cultural Metropolitano, desde donde poco tiempo después se trasladó al edificio del antiguo Beaterio (después Colegio femenino Simón Bolívar, en la Benalcázar y Olmedo).
En 1922, año del centenario de la Batalla de Pichincha en que tantas obras se inauguraron en la capital ecuatoriana, la junta administrativa de la institución comisionó una nueva sede al arquitecto alemán Whilen Spahr, que colaboró con el quiteño Pedro Aulestia Saá, por aquel entonces jefe del Departamento de Construcciones Escolares del Ministerio de Educación.
El prestigio del instituto atrajo cada vez más una creciente cantidad de alumnos, lo que obligó a las autoridades a ampliar las instalaciones con un pabellón moderno en la parte posterior del terreno, y la adquisición de la antigua Escuela de Telecomunicaciones del Ejército en la década de 1970, y que se encuentra separado del campus original por la calle Antonio Ante.
Arquitectura
Otra vista del Colegio Nacional Mejía, año desconocido. |
El edificio está emplazado en un terreno alto con respecto al nivel de la calle, lo que fue aprovechado por el arquitecto Spahr para darle nortoriedad en el entorno urbano. Sus característica monumental, la gran escalera de ingreso y la perspectiva que se obtiene del cuerpo central desde todo el largo de la calle Juan Pablo Arenas, terminaron convirtiendo al edificio en un ícono de la arquitectura quiteña de la primera mitad del siglo XX.
Su estilo neoclásico está inspirado en las grandes mansiones rurales inglesas e italianas que construyó el arquitecto Andrea Palladio en el siglo XVI, y cuyo estilo (llamado palladiano) se caracteriza por los pórticos de ingreso con altas columnas que alcanzan varios pisos y que sostienen un gran frontis triangular para darle un aspecto de severidad puramente clasicista.
En la concepción original de Spahr el cuerpo central se dedicaba a las oficinas administrativas; mientras que los cuerpos laterales eran ocupados por 12 aulas, seis de primaria en el piso bajo, y seis de secundaria en el alto. Finalmente, los pabellones de los extremos estarían destinados a habitaciones de los estudiantes internos que venían de provincia.
En 1928 la idea del internado no había prosperado con éxito, así que se hizo una readecuación de los pabellones laterales y se los convirtió en laboratorios y talleres. Estos trabajos fueron dirigidos únicamente por Pedro Aulestia Saá. Por falta de recursos nunca se revistió apropiadamente la fachada de ladrillo, pero se cubrió parte de ella en la década de 1950.