Villa Helvetia

Fachada norte de Villa Helvetia, convertida en la principal desde la década de 1960. Imagen: propia (2018).

Dirección: Luis Cordero, entre Ulpiano Páez y 10 de Agosto
Sector: La Mariscal
Año de construcción: 1917 a 1923
Arquitecto: Francisco Durini Cáceres
Estilo: ecléctico modernista (art-nouveau, art-deco)
Uso actual: recepciones y eventos

Historia

La Villa con su ingreso original desde la 10 de Agosto.
Concepción artística de Ana María Jáuregui (2015),
basada en testimonios de los descendientes del arquitecto
Francisco Durini. Imagen: propia (2018).
Esta particular villa de arquitectura muy adelantada a su tiempo, pues usó los lenguajes modernistas varias décadas antes de que se pusieran de moda en el país, perteneció y fue construida entre 1917 y 1923 por Francisco Durini Cáceres, considerado el más importante arquitecto de la primera mitad del siglo XX en Ecuador, con dinero proveniente de la herencia de su esposa Rosa Palacios Alvarado. Aquí residiría la pareja junto a sus cuatro hijos: Gemma, Yolanda, Josefina y Juan Manuel.

La propiedad original abarcaba un gran terreno con su costado más largo sobre la entonces llamada calle Texeira (hoy Luis Cordero), desde la avenida 10 de Agosto hasta la actual calle 9 de Octubre. Su ingreso se hacía desde la primera, donde se encontraban rejas comisionadas a la casa italiana Lancini, y avanzaba por un sendero con pequeña rotonda hasta llegar a la vivienda; lo que quiere decir que su fachada original estuvo orientada hacia el occidente, y no hacia el norte como en la actualidad.

La casa recibió el nombre de Villa Helvetia en homenaje a la Confederación Helvética, que es el nombre oficial de Suiza y lugar de nacimiento de Francisco Durini. El término de villa, en cambio, fue usado a la manera italiana de nombrar las grandes propiedades rodeadas de jardines, equivalentes a los chateau franceses y las mannor inglesas. Esta costumbre se arraigaría en la sociedad ecuatoriana, que comenzó a llamar a sus casas como villas, seguido del nombre de la propietaria o propietario.

Vista noroccidental de la villa, alrededor de 1930.
Imagen: recopilación propia.
Durini iría partiendo la gran propiedad para construir casas a sus cuatro hijos a medida que éstos iban contrayendo matrimonio: Villa Gemma para su primogénita, Villa Yolanda para la segunda, Villa Durini para Juan Manuel, y Villa Quito para Josefina. Las tres primeras fueron levantadas sobre la actual calle Cordero, mientras que la última en la 9 de Octubre. Todas existen todavía, con excepción de la casa esquinera con la avenida 10 de Agosto, que fuera de Yolanda Durini y que la vendió a Antonio Granda Centeno para construir el edificio homónimo.

En la parte posterior del terreno, misma que hoy se encuentra entre las calles Ulpiano Páez y 9 de Octubre, se levantaban los talleres de carpintería (el primero del país en usar tabla triplex), trabajo de metales y una fábrica de cerámica que Durini implementó para evitar la contratación de proveedores externos, y que fueron el inicio de varias empresas que hoy administran sus descendientes, como Edimca y Peña Durini.

En su vejez el arquitecto haría un añadido en el primer piso del lado norte, hasta donde trasladó sus apartamentos privados para evitar la subida por las escaleras, mismos en los que al final de sus días añadió además un baño privado. Francisco Durini fallecería en esta casa el 26 de septiembre de 1970, luego de lo cual pasó a manos de su hija Josefina Durini Palacios, que la ocupó hasta 1976 aproximadamente, cuando se mudó y la casa comenzó a ser arrendada para diferentes fines, incluido un hotel. Es a esta época que corresponde la construcción del galpón que se ubica al sur del terreno, levantado por la empresa Mateco para bodegaje.

En 2014 la casa fue sometida a un proceso integral de lujosa renovación por parte de la organización Casacor, que la usó para su feria internacional de diseño de interiores hasta el 2015; en este proceso se recuperó la torrecilla que se había venido al suelo en el fuerte temblor de 1987. Josefina Durini fallecería en 2017 y desde entonces la propiedad fue heredada por cuatro de sus siete hijos con Alejandro Paz Maldonado, quienes la mantienen hasta la actualidad. Desde 2018 constituye un centro de eventos y recepciones a cargo de Marinés Paz Jáuregui, bisnieta del arquitecto Durini.

Arquitectura

Fachada occidental de la villa.
Imagen: propia (2018).
La casa está implantada en la mitad del terreno, que es apenas un retazo de la gran propiedad original, con su ingreso por la calle Luis Cordero que otrora fue únicamente la fachada lateral norte, pero que debido a los procesos de lotización terminó convirtiéndose en la principal. Los grandes jardines de estilo inglés, boscosos y llenos de plantas creciendo al natural, fueron reemplazados por una gran plazoleta en los trabajos de restauración del 2015, de tal manera que se revalorice visualmente la edificación.

El edificio posee una rica volumetría que se levanta sobre un basamento no muy alto de piedra, mismo que permite el uso de escalinatas para acceder a los porches y vestíbulos exteriores. El ingreso principal en el lado occidental, cerrado con ventanería y convertido en solario del Salón Principal, cedió su importancia a la que fuera el acceso posterior hacia los jardines en la esquina nororiental del inmueble.

El uso de patrones geométricos característicos del art-deco, junto a las coquetas y elaboradas formas del art-nouveau, hacen de la casa un edificio de lenguaje ecléctico modernista que constituye el primero en usar estos este tipo de arquitectura de vanguardia en la ciudad, pues siendo levantada entre 1917 y 1923, se adelantó casi diez años al boom del art-nouveau en el país, y tres décadas a la llegada del art-deco.

Detalle del Comedor, con su
cielo raso de latón art-nouveau.
Imagen: propia (2018).
En cuanto a la distribución interior, en el primer nivel se encuentran las áreas sociales dispuestas hacia la fachada occidental, que fuera la principal durante largos años, encontrándose allí el Salón Principal y el Gran Comedor con techo de latón repujado en motivos art-nouveau. En este nivel existía además un baño completo.

Según una fotografía tomada alrededor de 1925, la fachada principal hacia el occidente tenía dos porches techados para ingresar tanto al Salón Principal como al Comedor; pero estos fueron cerrados pocos años más tarde por el mismo Durini con ventanería acorde al lenguaje del resto de la casa, convirtiéndose el primero en un vestíbulo de ingreso, y el segundo en una galería de paso o solario.

Cuando la escalera de acceso occidental fue retirada ya en el siglo XXI, el porche que había sido convertido en vestíbulo cambió nuevamente de uso, pasando a convertirse en otro solario de la casa, término que se refiere a las pequeñas habitaciones rodeadas de ventanas que usualmente se dedicaban a la vida íntima de la familia durante las últimas horas del día, pues se mantenían tibios hasta bien entrada la noche tras haber recibido los rayos del sol toda la tarde.

La cocina, originalmente construida como un pabellón externo a la casa, tal y como se acostumbraba en la Europa de la pre-guerra, fue incorporada a la estructura principal mediante un cuarto de servicio en el que se colocó una lavandería que ya no existe, convirtiéndose en parte integral de la residencia, bajo el mismo concepto de unidad que manejamos hasta la actualidad.

El segundo piso, dedicado a las habitaciones familiares, probablemente cambió buena parte de su disposición original con el pasar de los años. La habitación de la esquina nororiental, que casi con seguridad habría sido la de Francisco Durini y su esposa Rosa Palacios, fue ocupada por Josefina Durini Palacios cuando su padre se mudó a la planta baja. El nivel de la torrecilla, al que se accedía mediante una estrecha escalera de madera, quedó sellado tras los trabajos de restauración de 2014, pero la familia espera reponerlo en el futuro.

Un añadido realizado durante la vejez del arquitecto Durini debido a la dificultad que le significaba subir las escaleras al segundo piso, aumentó sus apartamentos privados hacia el lado norte de la planta baja de la casa, que constaban de habitación, estudio de trabajo y un baño, este último construido ya en los últimos años de vida.

Finalmente, en la parte sur del terreno y en la segunda mitad de la década de 1970, una de las empresas arrendatarias del inmueble construyó un galpón para bodegaje de sus productos, mismo que en 2014 fue decorado en estilo contemporáneo por Casacor y se usa para eventos, donde además se encuentra el área de catering los amplios baños de decoración teatral y cuenta con un auditorio para 70 personas, equipado con todos los servicios tecnológicos.

Galería

La familia Durini Palacios, en el porche norte de la casa.
Imagen: archivo de la familia Paz Durini.

Francisco Durini y su familia, en el ingreso original.
Imagen: archivo de la familia Paz-Durini.

Francisco Durini y su familia, en el ingreso original.
Imagen: archivo de la familia Paz-Durini.

Francisco Durini, sus hijos y nietos, en el ingreso original.
Imagen: archivo de la familia Paz-Durini.

Josefina Durini y Alejandro Paz en su boda.
Imagen: archivo de la familia Paz-Durini.

Carlos Manuel Paz Durini y su madre, Josefina
Durini Palacios, en el ingreso oriental (2015).
Imagen: archivo de la familia Paz-Durini / Casacor.

Proceso de reconstrucción culminado en 2015.
Imagen: Casacor.

Proceso de reconstrucción culminado en 2015.
Imagen: Casacor.

Proceso de reconstrucción culminado en 2015.
Imagen: Casacor.

Ingreso principal actual.
Imagen: propia (2018).

Fachada posterior u oriental.
Imágen: propia (2018).

Antiguo porche del ingreso principal, convertido en solario.
Imágen: propia (2018).

Perspectiva del Salón Principal y el solario, al fondo.
Imágen: propia (2018).

Vestíbulo posterior, convertido actualmente en el principal.
Imágen: propia (2018).

Escalera al segundo piso.
Imágen: propia (2018).

Recámara de Josefina Durini Palacios.
Imágen: propia (2018).

Habiación de la torrecilla.
Imágen: propia (2018).

Terraza norte y torrecilla.
Imágen: propia (2018).

Vista de la plaza ubicada hacia la calle Cordero.
Imágen: propia (2018).

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