Edificio Juan Francisco Baca

Fachada principal del Edificio Casabaca, sobre la avenida 10 de Agosto.
Imagen: Google Street View (2014).

Dirección: avenida 10 de Agosto, entre Jerónimo Carrión y San Gregorio
Sector: Santa Clara
Año de construcción: 1957-1959
Arquitecto: Oscar Etwanik
Estilo: expresionista (con elementos art déco y racionalistas)
Premios: ninguno
Uso actual: comercial, residencial


Historia

Se desconoce a los propietarios originales del predio en el que hoy se levanta el edificio, sin embargo, por fotografías de inicios del siglo XX se sabe que ya estaba habitado y se levantaba una casa de dos pisos, aunque no precisamente lujosa como el vecino Palacio de Najas, que ya existía en aquel entonces.

El showroom de la planta baja, alrededor de 1959.
El terreno fue adquirido por Juan Francisco Baca en 1950, demorando casi una década en levantarlo pues no deseaba contraer deuda para su construcción, y para 1959 ya había abierto el showroom de vehículos en la parte baja. Casabaca S.A. se había constituido como empresa ese mismo año, pero tenía sus antecedentes en la casa comercial inaugurada por José Baca y Torres en 1853, en el Centro Histórico de la ciudad, y que fue la primera en contar con su propia oficina en París para importación y exportación de mercadería.

Fue la primera torre de apartamentos de la ciudad, y constituye el segundo rascacielos de la ciudad después de La Previsora, en el Centro Histórico, además de ser el primero que contó con ascensor durante largo tiempo. Este conjunto de novedades causó gran gran impacto en los habitantes de la época, no sólo de la ciudad sino del país.

Arquitectura

La obra fue comisionada al arquitecto austriaco Oscar Etwanik, que llegó al país con las nuevas tendencias expresionistas que se desarrollaban al otro lado del Atlántico. Sin embargo, el edificio puede ser considerado de estilo ecléctico, pues combina elementos del art déco, el racionalismo y el expresionismo.

La estructura se desarrolla en dos bloques conectados entre sí por los vestíbulos de la escalera oculta al centro. El primero, de ocho pisos, es el más alto y se ubica con el frente hacia la avenida Diez de Agosto, mientras que el segundo, de cinco pisos, se ubica hacia atrás con vistas del volcán Pichincha. Sin embargo, el tratamiento de fachadas refleja el carácter unitario de la edificación.

Sus fachadas están revestidas con finos azulejos de Cuenca, primando los colores blanco y negro, pero también con delgadas adiciones de tonos pastel como el rosa, amarillo y celeste, que le aportan un inusitado movimiento visual. La fachada trasera de la torre va dejando gradualmente terrazas para los apartamentos ubicados en los pisos superiores, volviéndola más esbelta a medida que avanza en altura.

El edificio está implantado sobre la línea de fábrica, por lo que el enorme showroom de vehículos da directamente hacia la calle y ocupa casi la totalidad del frente, extendiéndose hasta la calle posterior mediante un predio adquirido posteriormente. En este espacio destacan las vigas de más de 15 metros de luz importadas de Inglaterra, apoyadas sobre esbeltas columnas de hormigón armado, así como las cortinas metálicas de la ventanería exterior que permiten a los transeúntes mirar los autos aún cuando el local está cerrado y asegurado.

Por otro lado, el ingreso de los residentes se realiza por una enorme y pesada puerta de hierro decorado en el extremo norte de la construcción, que da paso a un largo zaguán de doble altura y lleva al corredor que contiene las escaleras y el ascensor. Este último, que debería considerarse patrimonial por ser uno de los primeros de la urbe. se mantiene casi inalterado a pesar de los años, un mérito de la administración.

Los interiores de los 26 apartamentos, acordes al nivel socio-económico alto al que estaba destinado el proyecto, dan prioridad a los espacios de las habitaciones, que son del mismo tamaño que los salones sociales, además de contar con las mejores vistas hacia exterior. Las áreas sociales como el vestíbulo, la sala con chimenea de piedra y el comedor, se ubican hacia el interior y son menos iluminados, Los espacios están separados por elegantes puertas de madera y vidrio, que aunque de moda en aquella época, hoy resultan innecesarios y hasta estorbosos; sin embargo, algunas unidades aún las mantienen.

Los espacios para la servidumbre tienen su propio ingreso por un pequeño balcón en cada apartamento, donde se encuentra una piedra de lavar y el ingreso a las diminutas cocinas. Un cuarto de empleada, al final, ha sido utilizado por la mayor parte de residentes del edificio para ampliar sus cocinas, pues este lugar de servicio dejó de ser una prioridad a finales del siglo XX, cuando las ayudantes domésticas dejaron de trabajar puertas adentro.

Galería

Fachada lateral norte.
Imagen: Google Street View (2014).

Fachada posterior
Imagen: Google Street View (2014)
Vestíbulo de ingreso desde la avenida 10 de Agosto
Imagen: propia.
Comercial de Casabaca en la década de 1960.
Fuente: Canal de Youtube de Casabaca.

Referencias

  • Peralta, Evelia; Moya Tasquer, Rolando (2007). "Guía Arquitectónica de Quito", página 349. Quito: Editorial Trama. ISBN 978-9978-300-77-0.
  • Casabaca. "Nuestra Historia". Página web de la empresa.
  • Observaciones personales.

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