Villa Celia

Villa Celia (Revista Clave!)

Dirección: avenida 6 de Diciembre y Jorge Washington
Sector: La Mariscal
Año de construcción: circa 1929
Arquitecto: desconocido
Estilo: ecléctico (neoclásico, neocolonial)
Premios: Patrimonio de la Ciudad
Uso actual: cultural


Historia

Augusto Dillon Valdéz.
Los terrenos en los que hoy se levanta Villa Celia pertenecieron originalmente a la quinta levantada en 1911 por Alejandro Romo Leroux, que tres años más tarde fue forzado a venderla al Gobierno de Leónidas Plaza Gutiérrez y se transformaría en la Quinta Presidencial., cuyo edificio principal se encontraba en la esquina de las avenidas 12 de Octubre y Patria, pero que abarcaba la superficie de las manzanas que hoy se encuentran rodeadas por la avenida 12 de Octubre al oriente, Patria al sur, 6 de Diciembre al occidente y General Robles al norte.

Desde mediados de la década de 1920 se separaron los primeros lotes, que corresponden a las tres manzanas al norte de la calle Jorge Washington, y fue entonces cuando el predio que nos corresponde en este artículo fue adquirido por el empresario guayaquileño Augusto Dillon Valdéz, presidente de la empresa familiar Ingenio Valdéz y propietario del Banco de Guayaquil desde 1941, y su cuñado Carlos Enrique Arrarte Crosby, esposo de su hermana María Luisa. Allí construyeron una residencia para las estancias de la familia en la ciudad de Quito.

Arrarte falleció en 1933 e inmediatamente se procedió a vender la gran quinta donde se habían celebrado varias garden parties de verano, que tan de moda estuvieron en la capital ecuatoriana a inicios del siglo XX. Los nuevos propietarios fueron el escritor y diplomático quiteño Gonzalo Zaldumbide Gómez de la Torre, quien había servido como representante del país en Francia, Italia, Estados Unidos, Brasil, Perú, Inglaterra, Colombia y Chile, y su esposa, la pianista guayaquileña Isabel Rosales Pareja, conocida como una de las tres musas de Guayaquil junto a sus hermanas Thalie (balletista) y Leonor (pintora).

Gonzalo Zaldumbide e Isabel Rosales
Junto a ellos pasó a ocupar la quinta también su pequeña hija de siete años, Celia Zaldumbide Rosales, que creció entre los jardines de estilo inglés que aún pueden verse en la propiedad pese a que ésta redujo su tamaño a lo largo de los años, hecho ocurrido con la venta de los terrenos que hoy se encuentran a sus costados. La casa tampoco permaneció intacta, pues la familia la amplió y reformó en distintas épocas para adaptarla mejor a sus gustos y usos diplomáticos, como cuando la arrendaron para que fuera la residencia del embajador de España.

Celia heredó la casa a la muerte de su padre en 1965, incluyendo el mobiliario y las colecciones de arte, arqueología, música y libros que fue nutriendo también ella a lo largo de su vida adulta. En este espacio no solo había desarrollado su gusto por la música y convertido en una virtuosa pianista como su madre, sino que además daba clases y ofrecía tertulias llenas de cultura y buen gusto a sus amigos y conocidos. Celia fue presidenta de la Orquesta Sinfónica Nacional durante la década de 1960, de la Casa de la Música y creadora junto a su madre de la Fundación Zaldumbide Rosales.

Tras el fallecimiento de Celia, sucedido el 3 de agosto de 2014, en su testamento dejó la propiedad a la Fundación familiar, que pasó a ocuparla como su sede y convirtió el lugar en una suerte de museo al que hoy se puede acceder para observar las miles de piezas coleccionadas por la familia a lo largo de casi un siglo, dispuestas en espacios que lucen exactamente igual a como los dejó su célebre última residente.


Arquitectura

Detalle de la portada de Villa Celia. (Facebook).
Villa Celia se ubica en un amplio predio de la esquina nororiental de la avenida 6 de Diciembre y la calle Jorge Washington, tras un largo y alto muro blanco que no permite las miradas al interior. Tras este se encuentra el jardín de estilo inglés que tanto ha gustado a los quiteños desde inicios del siglo XX, cuya característica es boscosa y de plantas que crecen a sus anchas, sin el cuidado casi matemático de los jardines franceses o italianos.

Al centro se levanta la casa en sí misma, un edificio de proporciones asimétricas y dos niveles coronados por el característico techo de latón verde. La edificación está compuesta por el bloque cuadrangular de la casa original al centro, y varias adiciones que se fueron sumando con el paso de los años para adecuarse al gusto de la familia. El lenguaje estético general es ecléctico, pues combina un austero neoclásico, probablemente de la obra primigenia de los 1920's, y varios detalles neocoloniales típicos de los años 40's.

La distribución interior es la ya tradicional de las residencias modernas, aunque Villa Celia pudo ser una de las primeras de la ciudad con la misma, en la que las áreas sociales se encuentran en la planta baja, y las más íntimas como habitaciones y la biblioteca se distribuyen por el piso alto. Los pisos de tablón destacan por todos los espacios, combinados con paredes paneladas de madera en algunas habitaciones y enlucidas en otras, que albergan una hermosa colección de muebles traídos de distintas partes del mundo a las que viajaron los Zaldumbide Rosales.

La afición por el coleccionismo de Gonzalo, Isabel y Celia se ve reflejada en cada rincón, con más de 3.000 piezas de arte ecuatoriano que van del siglo XVI al XX, 1.000 de arte latinoamericano y europeo, 8.000 de cerámica precolombina y especialmente de las culturas que habitaron el norte del país, tres exquisitos pianos, tocadiscos de diferentes épocas, partituras de compositores de todo el mundo, y una gran biblioteca con más de 3.000 ejemplares en español, francés e inglés, que topas géneros tan variados como la novela, crítica literaria, ensayo, historia, viajes, música y hasta culinario.


Galería

Celia Zaldumbide Rosales (El Telégrafo).

Fundación Zaldumbide Rosales.

Fundación Zaldumbide Rosales.

Fundación Zaldumbide Rosales.

Revista Clave!

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