Palacio de la Exposición
Fachada del Palacio de La Exposición (2010). Imagen: Ministerio de Defensa Nacional. |
Dirección: calle de La Exposición y Benigno Vela
Sector: La Recoleta
Año de construcción: 1908-1909
Arquitecto: Raúl María Pereira
Estilo: ecléctico (neoclásico, art-nouveau)
Premios: Patrimonio nacional
Uso actual: Ministerio de Defensa
Historia
La historia del Palacio está íntimamente ligada a la Exposición Internacional de Muestras que el Gobierno ecuatoriano venía planificando desde 1902, y que sería el evento central de las celebraciones por el centenario del Primer Grito de Independencia, a suceder en agosto de 1909. El mismo estaba inspirado en las exposiciones universales que se celebraban en Europa y Estados Unidos desde mediados del siglo XIX, en las que se mostraban los avances tecnológicos e industriales de los diferentes países del mundo.
La versión de la exposición ecuatoriana que se venía planificando desde la administración de Leónidas Plaza y se materializó en la segunda de Eloy Alfaro, reuniría, además de a cientos de expositores nacionales con ansias de promover sus respectivas industrias y ganar algunos de los más de dos mil premios que terminaron repartiéndose, a comisiones oficiales de Colombia, Perú, Chile, Estados Unidos, España, Francia, Italia y Japón.
Inauguración de la Exposición de 1909. Imagen: archivo personal. |
La primera opción fue el ya desaparecido Seminario Menor frente al parque La Alameda, donde años atrás el presidente Antonio Flores Jijón había celebrado la Primera Exposición Nacional, pero tras el fracaso de las negociaciones, se optó por el inmueble que la Asociación de Señoras de la Caridad construía en el sector de La Recoleta para una Escuela femenina de Artes y Oficios, y que no habían podido terminar debido a continuos reveses económicos.
El contrato de préstamo se celebró el 12 de julio de 1908 entre José Félix Valdivieso, gobernador de Pichincha, y Dolores Jijón de Gangotena, directora de la agrupación de damas. Los términos incluían el préstamo del edificio, los patios y materiales de construcción, así como su regreso a la Asociación como máximo un año después de terminada la Exposición, con todas las reformas e inversión verificadas para su conclusión.
El edificio sería el pabellón principal de todo el evento, y por ello su diseño fue encargado el 23 de julio al arquitecto portugués Raúl María Pereira, que había llegado el año anterior a Quito para formar parte de la plantilla de profesores de la Escuela de Bellas Artes, y quien trabajó estrechamente y bajo presión con un equipo de profesionales dirigidos por el ingeniero Francisco Manrique, director de Obras Públicas del Estado. Las fechas para que estuviese a tiempo iban bastante retrasadas, por lo que la construcción inició el 30 de julio, apenas ocho días después.
Por otro lado, el Ferrocarril del Sur había llegado a Quito apenas un año antes, y la estación del mismo se encontraba muy cerca del sitio de la Exposición, en Chimbacalle, por lo que la movilidad desde otros puntos del país estaba asegurada, pero debió ensancharse y nivelar la avenida Maldonado, que debido a sus peñascos por los que hasta entonces solo habían recorrido animales de carga y la construcción de muros de contención, fue una obra igual de costosa y difícil de levantar que el mismo recinto expositorio.
El 20 de agosto de 1908 se suscribió un contrato por 19.000 sucres entre el Estado y el señor Pedro Pérez Chiriboga, quien se encargaría de la construcción de un parque ajardinado en el lugar de la antigua explanada de tierra frente al Palacio. El inicialmente llamado Parque Rocafuerte, y después Centenario, estaba rodeado por una balaustrada y tenía al centro una gran fuente de agua iluminada, traída de Europa y que tenía un chorro central que alcanzaba los ocho metros de altura, rodeada de ocho más pequeños que le hacían juego.
El palacio y el parque, en 1910. Imagen: archivo personal. |
El 19 de mayo de 1909 se suscitó una polémica que enfrentó a conservadores y liberales por los trabajos en el recinto de la Exposición, pues el contratista Pedro Gagliardo había derribado por propia iniciativa una capilla donde se encontraba una imagen de la Virgen del Rosario, conocida como Virgen de la Escalera, que por suerte pudo ser salvada gracias al artista Joaquín Albuja con una técnica que logró pasar la pintura mural a un lienzo. La imagen se encuentra hoy en una de las capillas de la Iglesia de Santo Domingo.
Para el 30 de junio de 1909, pocos días antes de la inauguración de la Exposición, se había gastado la cantidad de 551.439 sucres, lo que para muchos era un valor exorbitante y fuera de lugar, llegando a seguírseles juicios por desfalco al ingeniero Manrique y algunos de sus colaboradores, mismos que terminaron siendo desestimados por la Justicia de la época. Esto no evitó, sin embargo, que una amplia parte de la población calificara a la obra como un elefante blanco.
El 10 de agosto de 1909 se inauguró formalmente el inconcluso recinto en un acto oficial que contó con la presencia de las autoridades civiles, militares y eclesiásticas, además de la aristocracia quiteña de la época. El 8 de septiembre del mismo año, es decir casi un mes después del acto inaugural, abrió sus puertas al público dando paso a "La Exposición Internacional de Muestras".
La Exposición Internacional de Muestras cerró sus puertas el 31 de diciembre de 1909, y se inició la desocupación del edificio, pero no para devolverlo a la Asociación de Señoras de la Caridad como originalmente estaba estipulado, sino que, amparados en que la inversión de la construcción había sido mucho más alta y el Estado no podía permitirse pasarla a manos privadas, se buscaba ocuparla con fines educativos o culturales.
Durante este conflicto legal el recinto permaneció cerrado y en franco deterioro debido a que los materiales utilizados no habían sido los óptimos y los trabajos se habían hecho con demasiada premura. En mayo de 1910 un grupo de jóvenes obtuvieron el permiso de uso para realizar una kermés que juntase fondos para la defensa del país durante el conflicto armado de aquel año con Perú.
A inicios de abril de 1911 se decidió que se trasladarían al recinto las facultades de Medicina y Jurisprudencia de la Universidad Central, pero el 6 del mismo mes recibieron sorpresivamente la orden de que solo podían ocupar el edificio del Palacio, por lo que las autoridades de la Casa de educación superior decidieron desistir del traslado, lo que convenía además a los estudiantes que no deseaban asistir a clases a un lugar así de alejado.
En junio de 1911 la Justicia decidió a favor del Estado en el caso interpuesto por la Asociación de Señoras de la Caridad, a quienes se les indemnizó con 100.000 sucres, una suma que no iba acorde al valor del predio y generó un rechazo generalizado de la sociedad. Sin embargo, pese a ello el recinto permaneció sin uso alrededor de un año más.
El palacio en 1930, ya sin la cúpula de bronce. Imagen: archivo personal. |
El gran cambio estético que sufrió el edificio aquel año también incluyó la desaparición del gran ventanal de arco, en el que se representaba una alegoría de la entrega del Palacio a los ecuatorianos en 1909. Un nuevo coronamiento del volumen central, más austero y con símbolos castrenses, fue diseñado por el arquitecto italiano Paolo Russo, quien además dirigió varias refacciones y ampliaciones en el resto del inmueble.
Un nuevo temblor sucedido el 16 de mayo de 1923 propició otra serie de trabajos en el recinto de la Escuela Militar, mismos que fueron dirigidos por el arquitecto Augusto Ridder.. Estos mantendrían la estructura del edificio en condiciones aceptables hasta 1937, cuando ya convertida en Colegio Militar, la institución se trasladó al complejo de La Pradera, construido originalmente para el Normal Manuela Cañizares.
El Ministerio de Defensa Nacional pasó entonces a ocupar el recinto hasta la actualidad, y fue cuando varios de los pabellones debieron ser derrocados por vetustez o falta de conciencia patrimonial, pues fueron reemplazados por pesados edificios de oficinas y apartamentos que deslucen el entorno clásicista del recinto. Sin embargo, en épocas más recientes la entidad debió emprender un exhaustivo trabajo de restauración tras el sismo ocurrido en marzo de 1987, que afectó gravemente varias estructuras del Centro Histórico de Quito, incluido el Palacio de la Exposición.
En la actualidad, además del mencionado ministerio, el palacio acoge las dependencias del Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas, las Fuerzas Terrestre, Naval y Aérea y también la Honorable Junta de Defensa Nacional.
Arquitectura
Palacio de La Exposición (2016). Imagen: DRA. |
El recinto original no solo incluía el pabellón del Palacio, sino también otros más pequeños y destinados a los países invitados, kioskos para refrescos y música al aire libre, un teatro tipo café-concert, una cascada con laguna, una galería aterrazada para la exposición de botánica y floricultura, establos y jaulas para las muestras ganadera y zoológica, y hermosos jardines con caminerías que unieran todos los espacios.
El Palacio en sí mismo consta de dos niveles y está construido sobre columnas de hormigón armado, que en el pasado soportaban también una cúpula de hierro que medía treinta metros de alto y estaba coronada por un cóndor de bronce. Los volúmenes de los extremos lucían coronados por dos esculturas alegóricas de la Agricultura y la Industria, mientras que al centro se levantaba una de la República.
El edificio albergaba las exposiciones de Ecuador y Pintura en la planta baja, mientras que en el segundo nivel se encontraba el Salón de Recepciones y las exposiciones de Francia al sur y Perú al norte. En 1914 un fuerte temblor afectó al edificio, y para su modificación fue necesario eliminar la antes mencionada cúpula, debiéndose rediseñando la fachada con un carácter más austero.
El foyer o vestíbulo de ingreso está cubierto con porfirolito en el piso y mayólica en las paredes, y desde él parten las dos escaleras que llevan al segundo piso y se encuentran en el ingreso al Salón Principal, rediseñado por el Ministerio de Defensa con zócalos a media pared y un hermoso techo casetonado y dorado, ambas obras de los hermanos imbabureños Tejada, que también trabajaron en los zócalos y cielos rasos de los salones Amarillo, de Banquetes y del Gabinete en el Palacio de Carondelet.
Desde el cuerpo central se abren dos galerías aporticadas a cada lado, con acceso a diferentes espacios de exhibición que hoy son ocupados por oficinas del Ministerio. Al final de cada extremo se desarrollan dos volúmenes rectangulares adicionales, formando una forma de herradura con el principal, que abrazan los salones exprofeso del primer piso y las terrazas de descanso que hay sobre éstos últimos.
Pabellones
Parte posterior del Palacio, con el Pabellón de Chile y el Kiosko de Música tras los cadetes. Imagen: Corbis. |
Para los fines de orden y continuidad de la exposición, al palacio principal se le añadieron varias construcciones adicionales llamadas pabellones, dedicadas a albergar exposiciones de cada uno de los países participantes, y de las cuales solo han sobrevivido dos hasta nuestros días.
En la avenida sur del edificio principal, donde hoy se ubica un pesado edificio de oficinas, se encontraba en primer lugar el pabellón de Bellas Artes, de un solo cuerpo y construcción ligera; seguido por el de España, construido de piedra pómez tallada; el de Italia, con estructura de material ligero y tres cuerpos de dos pisos; y finalmente el de Japón, con el indiscutible estilo tradicional de ese país y levantado con madera traída de Guayaquil y un techo rojo cubierto de de ruberoide.
Inmediatamente posteriores al Palacio, y flanqueando ambos lados de la gran avenida central, se levantan hasta hoy los pabellones de Chile (sur) y Colombia (norte), que han sobrevivido gracias a que su sistema constructivo fue el mismo que el del edificio principal, con un área de 350 metros cuadrados. Ambos presentan dos pisos y una rica volumetría con terrazas y balcones, además de decoración exterior similar a la de su gran vecino, del que los separaba un par de pequeños jardines con dos esculturas de indígenas con los atributos del trabajo, que ya no existen.
Al fondo de la gran avenida central se levantó el pabellón neoclásico de Estados Unidos, construido con fondos de la Embajada de dicho país y diseñado como una imitación a escala de la Casa Blanca, de la ciudad de Washington. Su estructura de madera tenía dos pisos y volumetría compacta, por lo queun incendio producido accidentalmente el 6 de junio de 1911 acabó totalmente con el edificio.
Otros espacios
El conjunto del Palacio de la Exposición contaba con otros tantos espacios dedicados al confort, diversión y relax de los visitantes, así como a la decoración de sus jardines.
Kiosco de Música. Imagen: Ministerio de Defensa Nacional. |
A un costado del Kiosko de Música se levantaba otro más pequeño de madera, ocupado por la fábrica quiteña de refrescos y gaseosas La Fama, de Guarderas & Compañía, en la que expendían sus productos a los agotados visitantes diarios del evento, logrando así darse a conocer en otras provincias, e incluso intentando proyectarse al mercado internacional de Colombia y Perú.
Teatro, antiguo Café-Concert. Imagen: Ministerio de Defensa Nacional. |
A continuación del Kiosko y también sobre la avenida central, se levanta el Teatro Anita Paredes de Alfaro, concebido originalmente como un espacio tipo café-concert para la diversión de los visitantes, como se acostumbraba en las grandes exposiciones europeas de la época. Se le dotó de un lujo apropiado a su función, y se experimentó con la introducción de algunos elementos art-decó que se combinaron el art-nouveau y el neoclásico presente en los otros edificios. En la actualidad el espacio brinda sus servicios para conferencias y seminarios.
La Cascada estaba ubicada en el lado norte de la avenida central, a continuación del pabellón de Colombia, y aún puede ser vista a día de hoy. Su construcción es de mampostería y antes de que dejara de funcionar arrojaba trescientos mil litros de agua. Tiene dos columnas rematadas en capiteles jónicos, y en cada uno de ellos hay un remate de cemento con la forma de una antorcha. Entre las dos columnas, una pared semicircular, rematada por una balaustrada, y desde la mitad de su altura baja una escalinata de mampostería, en cuya coronación descansaba una estatua de la diosa romana Venus, hoy también desaparecida. A ambos lados, dos terrazas y escalinatas laterales. La escalinata central muere en una taza de veinte metros de ancho donde se forma una suerte de laguna.
La Galería de Plantas, ubicada junto a la cascada, sostiene cuarenta columnas de cemento armado y estaba originalmente techada de madera y caña, decorada con enredaderas y musgo. En la derecha hay una escalinata que conduce a la parte superior de la cascada.
Galería
Fachada
Detalle del volumen central (2018). Imagen: propia. |
El Palacio desde el sur (2018). Imagen: propia. |
Costado sur del Palacio (2018). Imagen: propia. |
Patio Principal interno
Imagen: Ministerio de Defensa Nacional. |
Imagen: Ministerio de Defensa Nacional. |
Imagen: Ministerio de Defensa Nacional. |
Terraza
Imagen: Ministerio de Defensa Nacional. |
Imagen: Ministerio de Defensa Nacional. |
Imagen: Ministerio de Defensa Nacional. |
Imagen: Ministerio de Defensa Nacional. |
Corredores
Imagen: Ministerio de Defensa Nacional. |
Alegoría masculina del triunfo de la Revolución Liberal. Imagen: Ministerio de Defensa Nacional. |
Alegoría femenina del triunfo de la Revolución Liberal. Imagen: Ministerio de Defensa Nacional. |
Detalle de la puerta de ingreso al Salón de los Libertadores. Imagen: Ministerio de Defensa Nacional. |
Salón Los Libertadores
Salón de Los Libertadores. Imagen: Ministerio de Defensa Nacional. |
Salón de Los Libertadores. Imagen: Ministerio de Defensa Nacional. |
Rueda de prensa en el salón. Imagen: Flickr del Ministerio de Defensa Nacional. |
Alegoría de la Caballería. Imagen: Ministerio de Defensa Nacional. |
Alegoría de la Infantería. Imagen: Ministerio de Defensa Nacional. |
Detalle del tapiz. Imagen: Ministerio de Defensa Nacional. |
Teatro (Café-Concert)
Imagen: Ministerio de Defensa Nacional. |
Imagen: Ministerio de Defensa Nacional. |
Retrato de Ana Paredes de Alfaro. Imagen: Ministerio de Defensa Nacional. |
Históricas
Imagen: archivo personal. |
Imagen: archivo personal. |
Imagen: archivo personal. |
Imagen: archivo personal. |
Imagen: archivo personal. |
Imagen: archivo personal. |
Imagen: archivo personal. |
Referencias
- Vásquez Hahn, María Antonieta (1989). "El Palacio de La Exposición 1909-1989". Quito: Nueva Editorial Casa de la Cultura Ecuatoriana Benjamín Carrión.
- Observaciones personales.