Casa Sáenz Merino (Hotel Casona D'Alameda)

Fachada principal de la casa, convertida en Boutique Hotel Casona D'Alameda (2019).
Imagen: DiegoMorán Baldeón.

Dirección: avenida Gran Colombia y calle Antonio de Elizalde
Sector: La Alameda
Año de construcción: 1910
Arquitecto: Francisco Durini Cáceres
Estilo: historicista (neoclásico)
Uso actual: hotel

Historia

Construida entre 1910 y 1915, cuando el sector de La Alameda se había consolidado como un nuevo polo de desarrollo inmobiliario para la clase alta que de a poco buscaba salir del Centro Histórico de la ciudad, esta mansión de estilo neoclásico fue comisionada por el doctor Antonio Sáenz Merino al arquitecto de moda en el país: el italo-suizo Francisco Durini Cáceres.

Durini levantó los planos de una casa de dos pisos y un recargado estilo neoclásico con lenguaje italianizante para la fachada y los detalles arquitectónicos de los interiores. Aprovechó la privilegiada posición del predio, ubicado frente al ingreso sur del parque La Alameda, para conferirle una de las principales características a la edificación: la loggia del segundo piso, que no es otra cosa sino un balcón sobre ménsulas y cubierto, que de cierta manera abre el espacio de los salones de honor interiores hacia el exterior de la calle.

Salón Amarillo, uno de los espacios más acogedores
y sobrios de la mansión.
El piso bajo, decorado con almohadillado y zócalo de piedra, cuenta con cinco vanos rectangulares; el central, más ancho que los cuatro laterales, constituye el ingreso hacia el interior de la edificación por medio de un largo pasillo o zaguán con piso de mosaico, mientras que los otros son ocupados por locales comerciales. En el piso alto, en cambio, los arcos de medio punto abiertos a la loggia, decorados con columnas corintias y elaborados detalles de carpintería, rematan en una fuerte cornisa que sostiene una balaustrada de moriscos rodeando la terraza del tercer piso.

Al interior de la mansión, Durini mantuvo la tipología de estilo andaluz, es decir con las habitaciones y salones dispuestos alrededor de un patio central, como se acostumbraba en las casas del Centro Histórico. Este patio estaba originalmente cubierto por una estructura de metal y vidrio a la altura del primer piso, mientras que las galerías del segundo nivel estaban cerradas con mamparas de madera y vidrio. Las escaleras de acceso a la segunda planta se ubican a cada lado del zaguán.

Debido a la irregularidad de las medianeras del predio, las crujías laterales tienen una inclinación que se amplía hacia el interior, pero en general Durini intentó mantener el efecto visual de rectitud y uniformidad. Dos torrecillas dispuestas simétricamente a cada lado coronan el cuerpo delantero de la mansión, pero con vista hacia el patio por lo que no pueden ser totalmente apreciadas desde la calle, y a través de ellas se puede acceder a la terraza del tercer piso.

Patio posterior de la mansión, con el ingreso al
Salón Amarillo al fondo.
La inclinación ascendente del terreno, sumado a la profundidad del lote, permitieron a Durini diseñar un jardín posterior en dos alturas, uno a media elevación desde el nivel de la calle y otro que alcanza las galerías del segundo piso. Aprovechando este detalle que le permitió diseñar una fachada trasera, el llamado Salón Amarillo se abre hacia este patio con una ventana-mirador (bow-window) de madera y vidrio, flanqueada por dos escaleras semicirculares que bajan hacia el jardín.

Los acabados con los que Sáenz Merino mandó a decorar los interiores son los típicos de la época, pero aún así difíciles de conseguir para la gente de estratos medios y bajos, e incluyen cielos rasos de latón francés pintado, baldosas de cemento, pisos de terrazo para las escaleras y madera en los salones y habitaciones.

Restauración de 2018

Después de algunos años en los que la casa estuvo en manos de tres herederas, estas decidieron ponerla en venta aproximadamente en el año 2009. Los compradores fueron Diego Morán Baldeón, su hermana y sus padres, que llevaban algún tiempo buscando adquirir un inmueble patrimonial para trasladarse a residir en el Centro Histórico de la ciudad.

Diego Morán Baldeón y sus padres,
Germán y Fanny, propietarios de la casa
desde el año 2015.
Tras unos años en España, donde despertó su amor por la arquitectura, en 2015 Diego, su hermana Belén y sus padres Germán y Fanny, lograron negociar la compra y adquirir la antigua casa del Dr. Sáenz Merino. Los procesos burocráticos de aprobación de planos y afines tardaron alrededor de dos años, y un año adicional en el proceso de restauración que en la medida de lo posible buscó recuperar los detalles originales.

Durante los trabajos se encontraron algunos elementos que llamaron la atención de los actuales propietarios, como huesos de animales o un par de zapatos con la zuela totalmente gastada, estos últimos les llevaron a preguntarse cuáles fueron las ajustadas condiciones de vida de aquellas personas que habitaron el inmueble durante la época en que se convirtió en casa rentera.

Pero sin duda existen dos hallazgos realmente sorprendentes, el primero es un pedazo de papel que contenía los datos de un preso en la Comisaría N°1, que llevó al descubrimiento de un periodo olvidado en el que la casa sirvió como sede policial, en el que seguramente albergaba esporádicamente algunos presos menores y por periodos cortos de tiempo. El espacio es hoy una sala para almacenar vinos.

El segundo es un gran boceto de los arcos de la loggia, ubicado en la pared de lo que un día fueron los salones de gala, convertidos hoy en una habitación. El dibujo fue usado casi con seguridad para que los trabajadores encargados de realizar y embellecer estos arcos pudieran hacerlo como es debido ya que, tras una comparación de los rasgos caligráficos en algunos números, fue realizado por el propio Francisco Durini Cáceres. Este detalle muestra por primera vez un modo de trabajo del arquitecto que hasta hoy era desconocido.

Boceto realizado por el arquitecto Durini en una de las
paredes, como guía para los trabajadores.
El mobiliario destinado a las diferentes áreas del hotel es de estilo Luis XV y está inspirado en los muebles que la familia tuvo toda la vida en su hogar, pero en una versión moderna. Su fabricación fue contratada con hábiles artesanos de San Antonio de Ibarra, conocidos por ser los herederos de las técnicas de la escuela quiteña.

Con el nombre de Boutique Hotel Casona D'Alameda, este proyecto turístico familiar abrió sus puertas en mayo de 2019, ofreciendo nueve habitaciones con distintos nombres y detalles que hacen alusión a los principales atractivos turísticos del Ecuador, como Galápagos, Cotopaxi, Orquídea y Chocolate. Las terrazas y el jardín posterior se han convertido en espacios de solaz y descanso, mientras que el patio central techado es el lugar perfecto para almuerzos, comidas y bodas.

Para reservar, visita su sitio web: http://hotelcasonadealamedaquito.com/

Galería

La casa en 2016, a poco de iniciar la recuperación.
Imagen: propia.

Detalle del dibujo de la pared, realizado por el arquitecto
Durini para guía de los trabajadores.
Imagen: propia.

Comparación de los rasgos caligráficos de Francisco Durini
en una de sus obras originales.
Imagen: archivo de la familia Paz-Durini Jáuregui.

Bañeras antiguas y recuperadas por Diego Morán,
destaca el detalle poco usual de las patas de águila.
Imagen: propia.

Piso original de mosaico estilo art-nouveau, en la loggia.
Imagen: propia.

La loggia del segundo piso con vista a La Alameda.
Imagen: propia.

Vestíbulo del segundo piso de la mansión.
Imagen: propia.

Vista panorámica desde la terraza del tercer piso.
Imagen: propia.

Detalle del piso de terrazo en las escaleras.
Imagen: propia.

Estructura del techo que cubre el patio interior.
Imagen: propia.


Una de las habitaciones más hermosas del hotel, ubicada
en parte del antiguo salón principal con salida a la loggia.
Imagen: Diego Morán Baldeón.

Una de las habitaciones del Hotel.
Imagen: propia.

Referencias

  • Ortiz Crespo, Alfonso; Peralta, Evelia; Moreira Viteri, Pablo (2004). "Guía de Arquitectura de la ciudad de Quito", tomo II, pp. 306-307. Quito-Sevilla: Junta de Anadalucía. ISBN 84-8095-363-2.
  • Pérez Pimentel, Rodolfo (1997). "Diccionario Biográfico del Ecuador", tomo XV, p.110. Guayaquil: Universidad de Guayaquil.
  • Morán Baldeón, Diego, entrevista personal, 2 de julio de 2019.

Entradas más populares de este blog

La Virgen de Quito (o del Panecillo)

Cementerio de El Batán

Colegio Nacional Mejía