Casa Museo Manuela Sáenz

Imagen: Google Street View (2014).


Dirección: calle Junín, esquina con Juan Pío de Montúfar
Sector: Centro Histórico (San Marcos)
Año de construcción: 1940 (actual)
Arquitecto: Antonino Russo
Estilo: neoclásico
Premios: ninguno
Uso actual: museo


Según la investigación realizada por Fernando Jurado Noboa, la cuadra en la que se encuentra la casa estuvo poco habitada durante los primeros tres siglos desde la fundación española de la ciudad, y no se tienen datos exactos de la ubicación de las dos primeras edificaciones que allí se construyeron alrededor de 1750. Esto debido a que la calle servía más como un camino hacia el caserío de San Marcos.

Sin embargo, Jurado señala que en 1824 ya se puede reconocer la casa esquinera de las actuales Junín y Montúfar, que habría tenido dos pisos y pertenecía a José María Hervas, pues existe un contrato de venta a Paula Rodríguez, celebrado el 17 de septiembre de ese año, en el que se señalan los límites de la propiedad y que nos hacen suponer que se trata del mismo solar que nos compete en esta publicación.

La mencionada señora Rodríguez habría conservado la casa por poco más de un año, pues el 24 de octubre de 1825 la vendió a Rosa Argumosa, quien la conservaría por espacio de 12 años, hasta su venta el 15 de marzo de 1837. El nuevo propietario fue Francisco Sotomayor, que seguramente la tuvo por algunos años. Hasta esta época, el sector habría sido considerado una mezcla entre la clase burguesa de comerciantes y la de artesanos.

A finales del siglo XIX la casa aparece como propiedad de Clara Erazo, en documentos del año 1894. En la década de 1940 su dueño era Benjamín Piedra, que contrató al afamado arquitecto italiano Antonino Russo (autor del Hotel Majestic, en la Plaza Grande) para rehacer la mansión al estilo neoclásico que conocemos hasta la actualidad. Piedra la vendería alrededor de 1965 a la familia Romero, que al parecer la arrendaron a los Olmedo-Salazar y los Noboa-Olmedo.

En 1988 la mansión fue adquirida por el industrial Carlos Álvarez Saá, que la restaura minuciosamente y cuatro años después abre las puertas del Museo Manuela Sáenz, dedicado a la memoria de la heroína independentista, aunque como hemos visto, el edificio en sí mismo nada tiene que ver con ella. Actualmente el inmueble y el museo pertenecen a su hija, Ana María Álvarez.

Quizá la única conexión que existe entre Manuela y la casa museo, es que tras la muerte de su madre, la niña debió pasar sus primeros cuatro años de vida bajo la tutela de las monjas de Santa Catalina, en el monasterio que se encuentra al otro lado de la calle, y al que ingresó por deseo de su padre Simón Sáenz de Vergara.

El Museo recoge documentos y objetos personales de Manuela Sáenz. En los corredores se exhibe una colección de pinturas, cuyos originales se encuentran en la Sociedad Bolivariana, y que retratan momentos de la vida de la heroína sudamericana. Otros objetos incluyen armas de la época de Independencia (incluyendo dos sables utilizados en la Batalla de Pichincha), monedas hispánicas y una variada muestra de arte religioso de la Escuela Quiteña, que incluye Cristos del famoso escultor Caspicara. Otro de sus atractivos históricos más importantes es una colección de muebles que pertenecieron a la Marquesa de Solanda, Mariana Carcelén de Guevara, quien fuera esposa del héroe Antonio José de Sucre.

Galería



Imágenes superiores: Juan Zurita (2011).

Imagen: Allie M. (2013).

Referencias


  • Jurado Noboa, Fernando (2004). "Casas, calles y gente del Centro Histórico de Quito", tomo II, páginas 117-177. Quito: FONSAL, Editorial Trama.
  • "Manuela Sáenz, la Libertadora, abre las puertas de su casa". Diario El Comercio, Quito. Publicado el 21 de abril del 2012.

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