Chalet Mancheno Álvarez
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| Casa Mancheno Álvarez, fachada principal. Imagen: Google Street View (2014). |
Dirección: avenida Colón, entre 9 de Octubre y 10 de Agosto
Sector: La Mariscal
Año de construcción: alrededor de 1940
Arquitecto: desconocido
Estilo: historicista (neocolonial)
Uso actual: culto religioso
Historia
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| La casa en la década de 1970, cuando ya era comercial. Imagen: recopilación de Marisol Bustamenate |
La casa fue levantada alrededor del año 1940 por orden del riobambeño Luis Cristóbal Mancheno Dávalos, que estaba casado con la dama quiteña Rosa Mercedes Álvarez Barba. Aquí vivirían junto a sus tres hijos César, Martha y Luis Fernando.
Don Cristóbal murió en 1964 y la casa pasó a manos de sus hijos, que desde entonces la alquilaron con fines comerciales debido a su estratégica ubicación en el corazón financiero de Quito. Actualmente es arrendada a una iglesia cristiana protestante.
Arquitectura
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| Casa Mancheno Álvarez. Imagen: Google Street View. |
La casa está implantada al centro de un pequeño terreno que, al parecer, originalmente formó parte de la inmensa propiedad del Palacio Peñaherrera. Su construcción es sólida y sobria, por lo que pese a sólo tener dos pisos se impone en el entorno urbano de altas torres que le rodean.
Su lenguaje historicista se enmarca dentro de la corriente neocolonial, popular en Latinoamérica especialmente durante la década de 1940, que busca revalorizar las construcciones de la época colonial española como monasterios y haciendas. Justamente posee varios elementos de estas construcciones que la inspiraron, como ventanas ajimezadas, techo de teja y remate renacentista.
Su lenguaje historicista se enmarca dentro de la corriente neocolonial, popular en Latinoamérica especialmente durante la década de 1940, que busca revalorizar las construcciones de la época colonial española como monasterios y haciendas. Justamente posee varios elementos de estas construcciones que la inspiraron, como ventanas ajimezadas, techo de teja y remate renacentista.
De entre toda su decoración exterior destaca la gran portada de piedra de dos niveles que jerarquiza visualmente el volúmen de ingreso a la mansión, flanqueada por columnas salomónicas que recuerdan a las de la iglesia de La Compañía, en el Centro Histórico de la ciudad, y que sirve además de marco a la ventana y el balcón del piso alto. Dos palmeras cococumbi de aproximadamente 80 años son el único recuerdo de los jardines que algún día tuvo la propiedad, que desaparecieron junto con el muro perimetral.
