Edificio de la Cruz Roja Ecuatoriana

Edificio de la Cruz Roja Ecuatoriana, visto desde la plaza sur del parque La Alameda. Imagen: propia (2017)

Dirección: avenida Gran Colombia y Antonio Elizalde, esquina
Sector: La Alameda
Arquitectos: Enrique Ledesma, Lionel Ledesma
Año de construcción: 1956

Estilo: streamline moderne
Uso actual: Cruz Roja Ecuatoriana

Historia

A mediados de la década de 1940 la dama latacungueña María Elvira Campi de Yoder fundó la Cruz Roja de Quito, sufragánea de la misma institución que existía en Guayaquil desde 1910, instalando la sede en una casa esquinera del parque La Alameda, sobre la entonces llamada avenida Colombia. Además, en 1948 Campi fue nombrada delegada del Ecuador a la XVII Conferencia Internacional de la Cruz Roja, convirtiéndose en una de las primeras mujeres en el servicio exterior del país y un destacado miembro de la sociedad quiteña. Con los años y debido a su prolífica labor al frente de la institución, doña Elvira, como era conocida, sería declarada presidente vitalicia.
A la derecha, la casa donde funcionó originalmente la
Cruz Roja Ecuatoriana, alrededor del año 1950.
Imagen: recopilación de Héctor López Molina.

El diseño del edificio actual aparece en el año 1953, cuando un estudiante de arquitectura llamado Enrique Ledesma lo presenta como su tesis de grado. El proyecto fue conocido por la señora Elvira Campi, que a la sazón necesitaba de una sede más amplia y moderna, por lo que decidió volverlo realidad y empezó a recaudar fondos. En 1955 Ledesma y su hermano Lionel junto a la Compañía Mena Atlas (la más grande constructora del país), empezaron a levantar la torre en el mismo predio donde había existido la casa original de la Cruz Roja, y un año más tarde ya estaba terminado.

Según los más pícaros chullas de la época, esta nueva sede de la Cruz Roja tenía una forma similar a un bidé de baño y por ello la bautizaron como "el bidé de doña Elvira", haciendo también alusión a la antes mencionada filántropo y presidente de la institución. Un par de décadas más tarde esa misma sal quiteña repetiría la movida y le daría a un edificio vecino el nombre popular de "la licuadora", por su similitud con ese artefacto de cocina.

Desde entonces el edificio ha pertenecido a la Cruz Roja Ecuatoriana de manera ininterrumpida, convirtiéndose en parte de su historia y quizá de los más importantes íconos visuales que posee la institución fuera del logotipo mundialmente conocido que le da el nombre. Su forma y decoración exterior tan característica ha llamado la atención de los quiteños por más de medio siglo y ya su presencia junto al parque más antiguo de la ciudad lo liga indisolublemente al paisaje.

Arquitectura

El edificio en el año 1964.
Imagen: recopilación Héctor López.
El edificio responde a la corriente del Art-decó tardío, también llamado streamline moderne o estilo aerodinámico, cuyas características principales son precisamente las formas aerodinámicas y curvas, así como el uso de ladrillo de vidrio para iluminar los interiores. Sobresale en la historia de la arquitectura quiteña por ser uno de los primeros edificios altos de la ciudad.

Está implantado en un terreno esquinero con leve pendiente hacia la parte posterior, mismo en el que originalmente se encontraba una casa de dos pisos que también sirvió como sede de la Cruz Roja Ecuatoriana. La fachada más conocida se levanta hacia la actual avenida Gran Colombia, aunque por su diseño envolvente también causa impresión desde los otros tres costados.

Su estructura es de hormigón armado y fue concebido para transmitir una magnitud, escala y simbolismo de su función social, por ello son visibles las cruces en toda la fachada. Los interiores son de lenguaje funcionalista, es decir pensados y distribuidos de acuerdo a las funciones para las que se destinaría el inmueble.

El primer y segundo piso forman un bloque macizo que abarca la totalidad del terreno y sobre cuyo centro se eleva una torre de seis niveles adicionales. La primera planta fue diseñada para locales comerciales de cuyo arriendo podría financiarse en parte la Cruz Roja, aunque en la actualidad están ya ocupados por los consultorios de la misma institución.

La torre, que es su principal y más llamativo elemento arquitectónico, se eleva con elegantes formas cóncavas a las que se abren grandes y amplios vanos de ventanas decorados por parasoles horizontales que se cruzan con líneas verticales para formar cruces articuladas a los planos de la fachada. Estos elementos sirven además como control ambiental y como juegos de luz y sombra. Un bloque contruido posteriormente, pero respetando el lenguaje del proyecto original, se levantó en la parte posterior del inmueble, sobre la calle Antonio Elizalde.

Galería

Monumento a Elvira Campi de Yoder en el
Parque de la Filatropía, Latacunga.
Imagen: South American Postcard.

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