Quinta de las Hermanas Pérez

Quinta de las Hermanas Pérez, antes de convertirse en Casa Somos - Guápulo.
Imagen: Google Street View (2014).

Dirección: calle Francisco Compte y Camino de Orellana
Sector: Guápulo
Año de construcción: inicios del siglo XX
Arquitecto: desconocido

Estilo: ecléctico
Premios: patrimonio de la ciudad
Uso actual: comunitario


Historia

Los primeros datos que se tiene gracias a los vecinos del sector apuntan a que en la década de 1930 la quinta habría pertenecido a dos hermanas solteras de apellido Pérez, de quienes la casa toma el nombre pues fueron sus últimas propietarias civiles conocidas.

Las hermanas Pérez, de ascendencia cuencana, vivían originalmente en una casa del Centro Histórico de Quito, pero al final de sus vidas se trasladaron a residir en su propiedad rural de Guápulo, y allí llegaron a ser conocidas como “las brujas Pérez” por los niños de la época. Sobrenombre que les fue impuesto por la historia contada y presenciada por algunos niños que aseguraban haberlas visto volar sobre escobas en las noches de luna llena, aterrizando en los terrenos al sur de la casa.

Placa en la zona de la piscina.
Imagen: propia (2016).
La propiedad pasaría a manos del Municipio a mediados de la década de 1940, cuando falleció la última de las hermanas Pérez, abriendo la parte norte para una lavandería pública que aprovecharía el ojo de agua que allí existía. Una placa olvidada en el sector de la piscina recuerda que en enero de 1951, durante la administración municipal de José Chiriboga, se realizaron mejoras en las lavanderías, se dotó de luz eléctrica al complejo y se reconstruyó la piscina de recreo que se mantiene hasta la actualidad.

En está época los guapuleños se apropiaron del espacio por encontrarse allí las lavanderías, y muchas historias se cuentan aún entre los vecinos. Una de ellas relacionada con la leyenda del Iñanchi, un duende que vivía en el ojo de agua de la Quinta, y se aparecía en el lugar pasadas las siete de la noche, razón por la que las mujeres que acudían a hacer uso de las piedras se retiraban a sus casas cuando mucho a las seis y media de la tarde.

A partir de 1965 la Empresa de Agua Potable ocupó la casa como oficinas administrativas de los pozos existentes en Guápulo, época en la que sus salones se alquilaban también para eventos de la comunidad, como bodas, bautizos, primeras comuniones y hasta funerales de los personajes más importantes del barrio. Es probable que de esta época date también el entubamiento del “pogyo” u ojo de agua de la quinta, que sirvió para llevar agua a Cumbayá.

Por aquellos años, el cuidador asignado a la casa por la EMAP fue Nicolás Castro, que seguramente atestiguó  la asistencia de los grupos de estudiantes del Colegio Seráfico que iban a bañarse en la piscina cada lunes, después de haber hecho deporte en el convento contiguo al Santuario de Guápulo. De igual manera lo hacían los jóvenes del barrio tras jugar extenuantes partidos de fútbol en la Cancha del Chirincho, que ocupaba el lugar del actual conjunto habitacional homónimo en la calle Francisco Compte.

Placa sobre la chimenea del Salón principal.
Imagen: propia (2016).
El comodato a la Empresa Municipal de Agua Potable terminó en 1995, cuando revirtió la propiedad al Municipio de Quito, que en septiembre de 1999 firmó un convenio con el Cabildo de Guápulo para la instalación allí de sus oficinas administrativas. Una placa ubicada sobre la chimenea del salón principal recuerda justamente este contrato entre el alcalde Roque Sevilla y el arquitecto Handel Guayasamín como representante de los guapuleños.

En esta época los tres salones de la planta baja de la casa, a los que se puede acceder desde la escalinata de la calle Compte, fueron transformados en Guardería para los hijos de los vecinos del barrio, y para el efecto se adecuaron también los jardines del norte de la propiedad, sobre el área de la piscina, que sirvieron como patio de juegos para los niños, y que existe aún en la actualidad.

El convenio con el Cabildo terminó en 2015, año en el que se buscó la ocupación del inmueble como un espacio de encuentro ciudadano en el que se impartieran talleres útiles para los vecinos. Sin embargo, la primera administración de este nuevo proyecto, presidida por María Clara Chambers, ha intentado asignar un espacio para que el órgano administrativo de los guapuleños se mantenga en la casa mediante otros acuerdos.

Arquitectura

La casa está emplaza en un terreno que se levanta tres metros sobre el muro de contención de la calle, y a ella se accede desde una escalinata que salva dicho desnivel. A ambos lados se encontraban originalmente jardines de los que hoy sólo se conservan los del lado norte, mientras que los del lado sur han sido transformados en canchas deportivas y parqueadero para los usos modernos del espacio comunitario.

Su lenguaje arquitectónico refleja la época de transición en que seguramente fue construida (inicios del siglo XX), pues podría calificarse de tipo ecléctico al combinar elementos sobre todo del historicismo neocolonial, con otros de rasgos art-déco y art-nouveau.

Patio central, durante las charlas ofrecidas por nuestro blog
en las fiestas de Guápulo 2016, con la historia del barrio.
Imagen: propia (2016).
El lenguaje neocolonial se refleja sobre todo en la tipología de estilo andaluz, con patio al centro y galerías cubiertas para acceder a las habitaciones que se abren en tres de sus costados, pues el que se extiende contra la montaña es ciego y se encuentra adornado con una fuente de agua.

Por su parte, el art-déco se refleja sobre todo en el balcón de la fachada, sostenido por sencillas columnas cúbicas que dan paso a un pórtico desde el que se accede a tres habitaciones relativamente grandes, pero que carecen de ventanas y conexión con otras áreas en el piso superior de la casa. El art nouveau, en cambio, deja su huella en los pisos de las galerías exteriores, cubiertos con un exquisito trabajo de cerámica con caprichosas formas características de esta corriente.

El ingreso al área íntima de la casa se realiza por un largo zaguán ubicado al extremo suroccidental del edificio, y desde allí se tiene acceso a las habitaciones ubicadas en los lados norte y sur; mientras que en el costado oriental se hallan los antiguos salones, con vista hacia la calle y el valle de Cumbayá. Pisos de tablón y marquetería con relieve en puertas, se conjugan con la chimenea de piedra de factura neocolonial que se ubica en el salón principal, que es además el más grande de la casa y desde el que se puede acceder al balcón.

En la esquina nororiental de la propiedad, pero separada de la misma, existe un área destinada a piscina pública que actualmente se encuentra en proceso de recuperación para la comunidad. En su perímetro aún se exhiben las antiguas piedras de lavar que usaban los vecinos del sector cuando aquí se ubicaban las lavanderías públlicas. Esta zona tiene acceso independiente desde la calle Francisco Compte, y en el ingreso se halla un pequeño altar de roca con una virgen, tradicional de las esquinas de los caminos andinos. La piscina cuenta con una pequeña construcción moderna para tienda y otra mucho más grande para baños y vestidores.

Finalmente, también en la zona nororiental de la propiedad, y ubicado sobre el área de la piscina, se encuentra un pozo de la EPMAP, que recoge el agua del antiguo ojo que alimentaba a las lavanderas de Guápulo, y que hoy es llevada para surtir de agua potable al valle de Cumbayá.

Galería

Balcón de la casa.
Imagen: propia (2016).
Vista desde el balcón hacia los jardines norte y la piscina.
Imagen: propia (2016).
Patio principal de la casa, durante las charlas ofrecidas por
nuestro blog en el marco de las fiestas de Guápulo 2016, con
la historia del barrio y algunas de sus edificaciones.
Imagen: propia (2016).
Detalle de la exquisita cerámica estilo art-nouveau que cubre
el piso de las galerías exteriores que circundan el patio.
Imagen: propia (2016).
Detalle de la chimenea en el Salón principal,
durante los trabajos de readecuación de la casa.
Imagen: propia (2016).

Referencias


  • Claudio Otalima, representante del Grupo 60 y PiQuito, capítulo Guápulo, entrevistado en abril de 2016.
  • Guadalupe Vera, secretaria del Cabildo de Guápulo, entrevistada en mayo de 2016.
  • Héctor Vera, presidente del Cabildo de Guápulo, entrevistado en mayo de 2016.
  • Blanca Jimenez, vivio en la Quinta durante la segunda mitad del siglo XX, entrevistada en septiembre de 2016.
  • María Clara Chambers, administradora de Casa Somos - Guápulo, entrevistada entre abril y septiembre de 2016.

Entradas más populares de este blog

La Virgen de Quito (o del Panecillo)

Mansión Granda Centeno

Colegio Nacional Mejía