Piscina de El Sena


Dirección: calle Ángel Polibio Chávez y Pedro Chávez.
Sector: Centro Histórico
Año de construcción: 1815
Arquitecto: General Toribo Montes
Estilo: historicista (neobarroco)
Premios: Patrimonio de la ciudad
Uso actual: abandonado


La piscina de El Sena, actualmente en deplorable estado de conservación, constituye uno de los más importantes hitos históricos y tristemente también desconocidos de la ciudad de Quito. Ubicado en el límite suroriental del Centro Histórico, este conjunto arquitectónico se encuentra estratégicamente emplazado sobre una de las gargantas que forma el río Machángara (precisamente denominada El Sena) a su paso por la urbe antes de adentrarse hacia el valle.

La construcción fue originalmente un puesto militar de avanzada construido por el general español Toribio Montes en 1815, después de recuperar para la corona ibera los territorios del Estado de Quito, que había declarado su independencia absoluta de España el 11 de octubre de 1811. Poco más de un año después, el 7 de noviembre de 1812, Montes se enfrentó a las tropas del coronel Carlos de Montúfar (hijo del Marqués de Selva Alegre) en la Batalla de El Panecillo, que le valió a los realistas la recuperación de la ciudad de Quito, mientras el Gobierno quitense encabezado por el obispo Cuero y Caicedo huía hacia Ibarra para refugiarse en su último bastión independiente.

La Batalla de Ibarra, el 1 de diciembre de 1812 marcaría el fin de la vida republicana del Estado de Quito, que se reincorporó de manera efectiva al Virreinato de Nueva Granada y quedó a la espera de un nuevo Presidente designado por las autoridades hispanas de Bogotá. El general Montes quedó provisionalmente al frente de la Real Audiencia, y para evitar futuras revueltas que acabaran como la anterior, mandó a construir varios puestos de avanzada y artillería a lo largo de la ciudad. La mayor parte de ellos se concentraron en la colina de El Panecillo y sus alrededores, ya que constituían pasos obligados de cualquier ejército que quisiera tomar la capital.

Uno de esos puestos fue precisamente la actual piscina de El Sena, que se convirtió además en bodega de armas y pólvora, y es por ello que en la portada aún puede apreciarse el símbolo de un Castillo, usado para reconocer los inmuebles pertenecientes al Real Ejército de Su Majestad española. Durante la campaña de 1822, el general venezolano Antonio José de Sucre debió evitar este destacamento, que se encontraba fuertemente custodiado y armado, y pasar desde Los Chillos hacia La Magdalena, y desde allí escalar por el Pichincha para tomar la ciudad por el occidente en una estrategia que sellaría la independencia definitiva del actual Ecuador.

El puesto fue tomado por el Ejército ecuatoriano durante los primeros años de vida independiente, que lo utilizó para los mismos fines que había tenido durante la dominación española. El predio circundante, así como el destacamento ya en desuso, fue vendido a la familia Álvarez, que a inicios del siglo XX se lo vendería a su vez a la familia Navarro, que cuenta entre sus miembros al famoso diplomático e historiador José Gabriel Navarro.

Los Navarro volverían a vender la propiedad al Estado ecuatoriano en 1938, que luego de algunos años lo convirtió en piscina pública. En las readecuaciones que se realizaron, las bodegas donde se guardaban las armas fueron convertidas en vestidores, mientras que en las torres de vigilancia se dispusieron las áreas administrativas del nuevo centro deportivo de la capital ecuatoriana. Es durante esta época que se añadirían los detalles neoclásicos decorativos como molduras y sobrerelieves, que no tenía durante su uso castrense.

El Complejo Deportivo El Sena contaba con dos piscinas de agua fría, gimnasio y una cancha de fútbol. En él se formaron importantes deportistas ecuatorianos como Jaime Valladares (boxeador) y Galo Yépez (nadador), aunque también servía como centro de entretenimiento de la sociedad quiteña de la época, sobre todo de los más jóvenes que acudían para socializar y hacer deporte.

La piscina dejó de funcionar a inicios de la década de 1970, cuando aparecieron varios complejos más modernos construidos por la Concentración Deportiva de Pichincha y organizaciones particulares. Alrededor de 1980 el predio fue incorporado al complejo del Palacio de la Exposición, sede del Ministerio de Defensa, cartera que pasó a administrar el inmueble y que es su propietaria hasta la actualidad.

A inicios de la década de 2010, el Alcalde Paco Moncayo Gallegos solicitó la donación del inmueble para recuperarlo a través del Fondo de Salvamento (FONSAL), pero el pedido fue negado ya que el Ministerio también tenía previsto un plan similar. Sin embargo, y a pesar de que se lanzó una nueva campaña con asistencia de la prensa en 2014, que integraría el lugar a la red de Museos de la Defensa, el complejo no ha recibido ninguna mejora hasta la fecha.

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Fotografías: Natalia Cartolini, Diario La Hora.

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