Casa Escudero-Urrutia



Ubicada en la calle García Moreno, entre Sucre y Bolívar, esta emblemática mansión del Centro Histórico de Quito funciona como museo desde el año 1998. Fue el hogar de María Augusta Urrutia, aristócrata filántropa y mecenas de arte, y de su esposo Alfredo Escudero mientras estuvieron casados, a inicios del siglo XX.

Fue construida en el siglo XIX con la tipología típica de las casas del Centro Histórico: dos patios centrales alrededor de los cuales se levantan varios salones en dos pisos con crujía. Los espacios de empleados, bodegaje y cocina (convertidos hoy en galerías de piezas de arte y de la familia, parte del Museo) se encuentran en el primer piso, mientras que las habitaciones principales y salones de protocolo se encuentran en el segundo.

Los interiores están decorados con piezas artísticas de mitad del siglo XIX y principios del Siglo XX, y se podría decir que en general mantiene un estilo Art Nouveau. Dentro de la edificación, mantenida sin alteraciones desde la muerte de su propietaria, se puede apreciar el estilo de vida de la aristocracia quiteña del siglo XIX. Dos salas del Segundo piso presentan una amplia muestra de obras de arte del famosos pintor ecuatoriano Víctor Mideros, de quien María Augusta fue mecenas, mientras que en toda la casa se pueden encontrar piezas artísticas originales traídas de Europa por varias generaciones de la familia
.

INTERIORES

Los salones y habitaciones de esta casa mantienen los muebles y decoración original de la época en que fue habitada por María Augusta Urrutia, algunas recuperaciones han debido ser hechas, pero se podría decir que todo en ella es original.

SALONES DE PROTOCOLO


Salón Principal
Este salón era utilizado únicamente en grandes ocasiones; aquí María Augusta recibió a más de un Presidente de la República, legisladores y embajadores que la apoyaban en su conocida causa benéfica con los niños huérfanos y de las calles. El salón está presidido por los retratos de María Augusta Urrutia y Alfredo Escudero, pintados por Víctor Mideros.

La decoración y el estilo son de principios del siglo XX, en el que prima el gusto por recargar los ambientes. Por ser este el salón de protocolo más importante, fue cuidadosamente decorado; así por ejemplo, la alfombra es francesa, los muebles, como los de la mayoría de la casa son europeos, con la diferencia de que el tapiz de éstos es igual a la tela de las cortinas. Otra diferencia con el resto de las habitaciones es que aquí no hay papel tapiz, sino pintura mural, utilizando la flor de las cortinas en la decoración; las cenefas fueron hechas en alto relieve con yeso y pintadas a mano. El retrato de la madre de María Augusta, la señora María Barba, fue realizado por Antonio Salguero, famoso pintor ecuatoriano del siglo XIX. También podemos observar el retrato de su padre Julio Urrutia Olano, de la misma época.


Sala Pequeña
En este lugar, doña María Augusta recibía a amigos y allegados de una manera más relajada pero sin dejar de tener cierto grado de formalidad. Un pequeño bar contenía los "cordiales" (cremas de licor) que se ofrecía a los visitantes.

La sala está presidida por un retrato que el artista Viento hizo en París a Virginia Klinger, bisabuela de María Augusta y que se dice tuvo una fugaz aventura con el emperador Napoleón Bonaparte. Los boulles (aparadores de estilo imperial francés) tienen incrustaciones de metal y carey. Las sillas cuentan con decoraciones realizadas con concha de nácar. En esta sala se puede apreciar el conjunto pictórico de Victor Mideros llamado "La Creación" y arriba de esta "El Padre Eterno", con las siete esferas de color representando cada una un día de la creación.



Salón Comedor
En este espacio comía diariamente María Augusta mientras Luis, su eterno mayordomo y hombre de confianza, le acompañaba de pie cerca de la puerta conversando de los asuntos de la casa y las haciendas. El comedor se utilizaba especialmente para las grandes ocasiones; cuando habían invitados especiales la mesa se vestía de gala: se disponían las vajillas europeas, la cristalería austriaca y la fina cubertería de plata que heredó de la familia de su madre.

La lámpara central, hecha de bronce, perteneció a la familia del Gral. Vicente Aguirre, prócer de la independencia ecuatoriana y tatarabuelo de María Augusta. El diseño del vitral europeo que permite la entrada de luz desde el techo se atribuye a Mideros. Tres litografías al óleo de origen francés adornan las paredes del salón, mientras que otro titulado "El Chimborazo" es atribuido a Rafael Troya, pintor ibarreño que había iniciado a Mideros en el arte.


SALONES FAMILIARES


Sala de Estar
En este espacio esperaban los visitantes de mayor confianza de María Augusta Urrutia cuando ella se encontraba en la habitación o, durante el día, cuando ella se encontraba trabajando en el estudio. La vitrola proveniente de EEUU marca RCA Víctor, funcionaba con discos de carbón. La lámpara, a diferencia de las otras que eran originalmente para velas y con el paso del tiempo se las electrificó, funcionaba con kerosene.

En la decoración destacan las esculturas de El niño Jesús yacente y El niño Jesús y San Juan jugando, del siglo XVIII y atribuidas a Caspicara. Además la Virgen de Quito del siglo XVIII, está atribuida al taller de Bernardo de Legarda. En cuanto a pinturas, contamos con "El Descendimiento" y "La Familia de la Virgen", atribuidos a Manuel Samaniego; "La Soledad" pintada en el siglo XIX por Juan Manosalvas; "La Puerta" y "Alma", de Victor Mideros; y dos anónimos italianos representando a San Vicente Ferrer y San Bernardo de Siena, ambas del siglo XIX.


Estudio
Buena parte del trabajo administrativo de las haciendas, propiedades y de la Fundación Mariana de Jesús (que ayudaba a niños pobres y huérfanos) era realizado por María Augusta Urrutia en el Estudio.

En este espacio, casi tan personal como la habitación, se puede apreciar la pintura "Yo Soy" de Víctor Mideros, una colección de grabados franceses del siglo XIX, dos bargueños de madera taraceados de la época de la colonia. El bargueño europeo con diseño zoomorfo esta hecho en madera con incrustaciones de carey y hueso. Contamos también con algunas representaciones de la Inmaculada Apocalíptica, y el conjunto escultórico de la "Oración en el huerto" del siglo XIX.


Cuarto de Costura
En este sitio, conocido también como Cuarto de San Agustín, María Augusta con algunas mujeres de su confianza se dedicaba a las labores de costura, tejido y bordado de las que disfrutaba en sus tiempos libres. Este espacio fue utilizado simultáneamente como oratorio; cuando María Augusta no podía ir a la Iglesia por problemas de salud, este era el lugar donde se instalaba un altar pequeño para que el sacerdote diga la misa para ella.

En este espacio encontramos la belleza de los muebles hechos en Ecuador: el aparador taraceado y los bargueños de la colonia (que se caracterizaban por tener un cajón secreto en el que guardaban documentos importantes o también joyas). El Niño Jesús del siglo XVIII, se caracteriza por tener goznes (articulaciones) en codos, rodillas y cadera. La Virgen de los Ángeles fue tallada en madera por Luis Aguirre en 1933 en la población de Cotacachi; el autor de esta obra la hizo especialmente para doña María Barba, madre de María Augusta.


HABITACIONES PRIVADAS


Habitación Principal
La decoración de este espacio es elegante y sobria, María Augusta deseaba que su espacio más intimo, donde solía desayunar y pasar sus momentos de honda reflexión religiosa, vaya acorde a su espiritualidad. Solía decir que los famosos Siete Arcángeles pintados por Víctor Mideros para tal efecto, le hacían sentir segura y protegida. 

La silla pequeña de madera era de un valor sentimental muy alto para doña María Augusta, puesto que fue el único recuerdo que tuvo de su padre, Julio Urrutia que murió en 1904, dejándola huérfana de padre a la edad de 3 años. El sillón largo o chaise long era utilizado principalmente por la dama de compañía de María Augusta, para cuidarla durante la noche en caso de que hubiese enfermado. 

La escultura de San Ignacio de Loyola, fundador de la Compañía de Jesús en 1540, refleja el carisma de amar y servir de la filántropa. "La Soledad" es una obra de Carlos Salas, perteneciente a una importante familia de pintores del siglo XX. También se aprecia la presencia de Víctor Mideros en "La profecía de Simeón" y en el retrato que le hizo a su mecenas. Sobre una de las mesas se puede apreciar las fotografías de Alfredo Escudero y María Augusta con dedicatoria, ya que en ese tiempo era una tradición intercambiar fotos con la promesa de amor el día del compromiso o cuando contraían matrimonio.


Habitación de la Dama de Compañía
Esta habitación, la única destinada para un empleado de la casa que se encontraba en el segundo piso, era usada por la dama de compañía de doña María Augusta Urrutia. La cama de bronce es similar a la que se encuentra en el museo Casa de Sucre, y que era usada por el Mariscal y su esposa Mariana Carcelén de Guevara, Marquesa de Solanda. Una pintura al óleo de Mariana de Jesús, la santa quiteña, y que es atribuida a Victor Mideros adorna una de las paredes de la habitación, que es iluminada por un tragaluz en el techo y que en su decoración mantiene líneas bastante simples en general.



Cuarto de Baño
El cuarto de baño es uno de los espacios más llamativos y famosos de la casa, pues destaca por su elegancia y sofisticación. Todas las piezas sanitarias fueron importadas de Inglaterra, mientras que la cerámica de las paredes es de origen belga. La tina original tenía como base cuatro patas de bronce en forma de león, pero fue sustituida por una ducha de líneas art noveau. Los vitrales se encargaron en Venecia (Italia), y fueron montados en este sitio por algún buen artesano quiteño.




PASILLOS Y PATIOS

El patio principal es uno de los espacios más significativos de la casa de María Augusta Urrutia. Varias publicaciones sobre el Centro Histórico de Quito han recurrido a fotografiar este patio para mostrar la belleza de la arquitectura civil de la época republicana en la ciudad, e inclusive ganó el Premio Ornato del Municipio de la ciudad, en 1978. Hasta los años cuarenta un enorme árbol de magnolio estaba en el centro del patio, que fue retirado debido a que restaba luz a los corredores superiores. En lugar de éste se colocó la pileta realizada por un importante escultor ibarreño: Luis Mideros (hijo de Victor Mideros), y cuya parte superior está esculpida en una sola piedra.

Una de las señas particulares de la casa siempre ha sido la presencia abundante de plantas ornamentales y enredaderas. Además de las flores, el patio está adornado por jaulas con canarios, que acompañan con su canto la armonía de este espacio.






Entradas más populares de este blog

La Virgen de Quito (o del Panecillo)

Mansión Granda Centeno

Colegio Nacional Mejía